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sábado, 10 de abril de 2010








"Nadie me puso alas pero aprendi a volar
no detuve vuestras balas pero aprendi a esquivar"

°h1cultura rap/h2



RAPEROS

Por encima de todo son cronistas sociales por naturaleza. Provienen de todas partes, de todos los barrios. Los puedes encontrar desde estudiantes universitarios, licenciados, torneros, cuentapropistas, gastronómicos hasta luchadores. Su principal contradicción es considerarse artistas profesionales y no tener que alternar su quehacer artístico con algún trabajo. Esto, según ellos, los haría sentirse aficionados y no es lo que quieren. No desechan el término "aficionados" pero alegan que al igual que un cantante lírico, un artista plástico, un poeta o un crítico de arte, o un músico necesitan tiempo para dedicarlo a hacer su música, elaborar sus textos, hacer promoción en la radio o la TV y nutrirse culturalmente. Muchos otros están sentados en el contén del barrio, dándole caza a lo que sucede cada día para alimentar sus textos. Representan también ese mundo marginal, pero no marginado, relatan en su mayoría esas historias bien cubanas que se suceden cada día en los barrios habaneros como Atarés, San Leopoldo, La Víctoria o Cayo Hueso donde radican los porcentajes más grandes de la población capitalina. Historias también abordadas por un "tosco" José Luis Cortés, otro cronista de nuestros tiempos. Historias que gozan de un gran respaldo popular y que una minoría que se consideran "críticos" tratan de aplastar diariamente.